Vivimos en una sociedad de espectáculo, un sistema inmenso de
representaciones y simulacros, una atmósfera repleta y pesada con la
información, las imágenes y las actitudes que forman las condiciones y
hábitos mentales de casi cualquier adulto que vive en la sociedad de
medios.
Una vida frenética y tétrica llena de nombres, lugares, cháchara, autos corriendo, expertos opinando, jóvenes hablando, música bailando, disparos y más disparos, parejas acusándose mutuamente de infidelidades, dibujos animados protegiendo el futuro, el constante movimiento, la increíble actividad y el completo aburrimiento, el ruido sutil de necesidades que son saciadas.
Los medios dan información, pero esta, en los años 90, es transitoria e inestable y nunca es totalmente adecuada. Lo que provoca que muchas personas modernas se sientan medio locos de ansiedad e inquietud: sentimos que poseemos información sin sabiduría, opiniones sin principios, decisiones sin creencias.
Ahora, la comunidad educativa ha sido bombardeado exageradamente con mensajes acerca de la "supercarretera de la información" y sus significados. Supuestamente, esta nueva tecnología va a revolucionar la educación, resolviendo, de un ciberchispazo, todos sus problemas.
Las computadoras y las telecomunicaciones hablan de "la información" casi como una mantra. Los proyectos de computación y de telecomunicaciones casi siempre se orientan a la acumulación e intercambio de información. Obviamente hay momentos en que esto es bueno y útil, pero el poner demasiada atención a las computadoras en el aprendizaje formal puede distanciar al alumno de la experiencia viva de la realidad. Aprender de flores en un programa de computación (software) no es lo mismo que aprender manipulando flores. Siempre que la experiencia directa este disponible, debe tener preferencia por sobre la experiencia electro-mediatizada. No debemos permitir que la tecnología nos impida tener relación y experiencia directa con nuestro mundo.
La computadora es un instrumento universal y poderoso para procesar información y los maestros la pueden convertir en un extraordinario auxiliar didáctico. Sin embargo, no se debe perder de vista que se trata de un instrumento. Es decir, la computadora por sí misma no lleva a cabo acción alguna, pero en manos del maestro, puede servir para enseñar. Este debe ser el punto de partida para elaborar estrategias que permitan a los maestros usar de manera efectiva las computadoras.
El software supuestamente educativo de la computación a menudo no es hecho por educadores. “la mayoría de los software educativos han sido escritos por científicos de computación quienes no saben de educación.”
En el camino que hay que recorrer para alcanzar un uso efectivo de las computadoras en la escuela, surgen preguntas como: ¿Qué contenidos se deben incluir o excluir? ¿Cuál es la mejor secuencia? ¿Qué estrategia se debe usar? ¿Cómo se puede lograr que el aprendizaje sea duradero? ¿De qué manera se puede vincular la utilización de la computadora con las diferentes materias? No existen respuestas únicas a tales preguntas. Lo que se puede hacer es desarrollar un método de trabajo que le permita a cada maestro diseñar sus cursos con el mayor aprovechamiento de la tecnología.
El uso de la computación en la educación parece a veces como un deseo de reducir el aprendizaje a lo que es material, mecánico y medible, y que promueve una visión esencialmente económica de la vida. Mientras se están enchufando las escuelas municipales y subvencionadas al INTERNET y mientras se compran cantidades industriales de computadoras es más importante entender que es lo que hace a uno la computadora cuando entra a participar en el aprendizaje, para así entender mejor lo que los humanos (particularmente los profesores) deben llevar a la fiesta de computación y telecomunicación. Ya que la computadora nos distancia y nos distrae de la búsqueda de las metas de más alto orden en la educación, los profesores son personas de gran importancia, aquellos que pueden seguir enfocando estas metas. Uno de los papeles más importantes para los profesores en el mundo de la alta tecnología es compensar con humanidad las tendencias mecánicas de las computadoras y asegurar que el medio no distorsione los fines educacionales y que todas las potencialidades de la persona estén involucradas en el proceso de aprendizaje. Esta es una tarea que puede ser llevada a cabo solamente por una persona cuidadosa, reflexiva y dedicada a mejorar la vida interna de los alumnos.
Una vida frenética y tétrica llena de nombres, lugares, cháchara, autos corriendo, expertos opinando, jóvenes hablando, música bailando, disparos y más disparos, parejas acusándose mutuamente de infidelidades, dibujos animados protegiendo el futuro, el constante movimiento, la increíble actividad y el completo aburrimiento, el ruido sutil de necesidades que son saciadas.
Los medios dan información, pero esta, en los años 90, es transitoria e inestable y nunca es totalmente adecuada. Lo que provoca que muchas personas modernas se sientan medio locos de ansiedad e inquietud: sentimos que poseemos información sin sabiduría, opiniones sin principios, decisiones sin creencias.
Ahora, la comunidad educativa ha sido bombardeado exageradamente con mensajes acerca de la "supercarretera de la información" y sus significados. Supuestamente, esta nueva tecnología va a revolucionar la educación, resolviendo, de un ciberchispazo, todos sus problemas.
Las computadoras y las telecomunicaciones hablan de "la información" casi como una mantra. Los proyectos de computación y de telecomunicaciones casi siempre se orientan a la acumulación e intercambio de información. Obviamente hay momentos en que esto es bueno y útil, pero el poner demasiada atención a las computadoras en el aprendizaje formal puede distanciar al alumno de la experiencia viva de la realidad. Aprender de flores en un programa de computación (software) no es lo mismo que aprender manipulando flores. Siempre que la experiencia directa este disponible, debe tener preferencia por sobre la experiencia electro-mediatizada. No debemos permitir que la tecnología nos impida tener relación y experiencia directa con nuestro mundo.
La computadora es un instrumento universal y poderoso para procesar información y los maestros la pueden convertir en un extraordinario auxiliar didáctico. Sin embargo, no se debe perder de vista que se trata de un instrumento. Es decir, la computadora por sí misma no lleva a cabo acción alguna, pero en manos del maestro, puede servir para enseñar. Este debe ser el punto de partida para elaborar estrategias que permitan a los maestros usar de manera efectiva las computadoras.
El software supuestamente educativo de la computación a menudo no es hecho por educadores. “la mayoría de los software educativos han sido escritos por científicos de computación quienes no saben de educación.”
En el camino que hay que recorrer para alcanzar un uso efectivo de las computadoras en la escuela, surgen preguntas como: ¿Qué contenidos se deben incluir o excluir? ¿Cuál es la mejor secuencia? ¿Qué estrategia se debe usar? ¿Cómo se puede lograr que el aprendizaje sea duradero? ¿De qué manera se puede vincular la utilización de la computadora con las diferentes materias? No existen respuestas únicas a tales preguntas. Lo que se puede hacer es desarrollar un método de trabajo que le permita a cada maestro diseñar sus cursos con el mayor aprovechamiento de la tecnología.
El uso de la computación en la educación parece a veces como un deseo de reducir el aprendizaje a lo que es material, mecánico y medible, y que promueve una visión esencialmente económica de la vida. Mientras se están enchufando las escuelas municipales y subvencionadas al INTERNET y mientras se compran cantidades industriales de computadoras es más importante entender que es lo que hace a uno la computadora cuando entra a participar en el aprendizaje, para así entender mejor lo que los humanos (particularmente los profesores) deben llevar a la fiesta de computación y telecomunicación. Ya que la computadora nos distancia y nos distrae de la búsqueda de las metas de más alto orden en la educación, los profesores son personas de gran importancia, aquellos que pueden seguir enfocando estas metas. Uno de los papeles más importantes para los profesores en el mundo de la alta tecnología es compensar con humanidad las tendencias mecánicas de las computadoras y asegurar que el medio no distorsione los fines educacionales y que todas las potencialidades de la persona estén involucradas en el proceso de aprendizaje. Esta es una tarea que puede ser llevada a cabo solamente por una persona cuidadosa, reflexiva y dedicada a mejorar la vida interna de los alumnos.